Un masaje profundo y reparador que combina el poder del calor, el tacto y la energía de las piedras volcánicas. El calor profundo que emanan las obsidianas favorece la vasodilatación, mejora la circulación sanguínea y linfática, y ayuda a liberar contracturas musculares. Desde una perspectiva energética la obsidiana actúa como un espejo del alma: nos ayuda a traer a la conciencia aquello que está oculto, moviliza información inconsciente y así facilita procesos de autoconocimiento y transformación. Durante la sesión, se realiza un masaje de cuerpo completo, utilizando las piedras como herramienta terapéutica tanto a nivel físico como sutil, promoviendo el equilibrio integral del sistema cuerpo-mente-energía.